Poetas Hispanoamericanos
Pasión – Almafuerte
Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo, tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como tus lágrimas!
Olvido – Octavio Paz
Cierra los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que zumba y cae
y suena allá, remoto,…
Palabras serenas – Gabriela Mistral
Ya en la mitad de mis días espigo
esta verdad con frescura de flor:
la vida es oro y dulzura de trigo,
es breve el odio e inmenso el amor.
…
Boca a boca – Delmira Agustini
Copa de vida donde quiero y sueño
Beber la muerte con fruición sombría,
Surco de fuego donde logra Ensueño
Fuertes semillas de melancolía.
…
Cansancio – Oliverio Girondo
Y de los replanteos
y recontradicciones
y reconsentimientos sin o con sentimiento cansado
y de los repropósitos
y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables
y del revés y del derecho
…
Grande poema del amor fuerte – Joaquín Pasos
Mi amor está con las alas abiertas sobre el mar.
–Costas, aguas, espumas.
Mi amor brilla como las aguas sobre las aguas.
El mar es redondo.
El mar es pequeño.
La primavera besaba – Amado Nervo
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Los cómplices – Gonzalo Rojas
Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias…
La loba – Gonzalo Rojas
Unos meses la sangre se vistió con tu hermosa
figura de muchacha, con tu pelo
torrencial, y el sonido
de tu risa unos meses me hizo llorar las ásperas espinas
…
Código del obseso – Gonzalo Rojas
1) Busco un pelo; entre lo innumerable de este Mundo
busco un pelo
disperso en la quebrazón, longilíneo
de doncellez correspondiente a grande figura
Carta para volvernos a ver – Gonzalo Rojas
Lo feo fue quererte, mi Fea, conociendo cuánta víbora
era tu sangre, lo monstruoso
fue oler amor debajo de tu olorcillo a hiena, y olvidar
que eras bestia,…
Se descolgó el silencio – Olga Orozco
Se descolgó el silencio,
sus atroces membranas desplegadas como las de un murciélago anterior al diluvio,
su canto como el cuervo de la negación.
…
Devestido – Jorge Debravo
La noche, deseosa, apenumbrada,
te quitó sin pensar las zapatillas…
y por sentirse blanca y alumbrada
desnudó blancamente tus rodillas.
….
Oda al caldillo de congrio – Pablo Neruda
EN el mar
tormentoso
de Chile
vive el rosado congrio,
gigante anguila
de nevada carne.
Y en las ollas
chilenas,
en la costa,
nació el caldillo…
Elegía II – Mirta Aguirre
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Yo me acostumbro a estar sin ti. ¿Lo entiendes?
Quiere decir, amor, que no amanece;
quiere decir que aprendo a abrir los ojos sin tu beso,…