La luz de un laberinto – Javier Egea
Cuando en tardes que sobran las palabras y el día
sólo somos tú y yo, cada cual con su espera
y sin embargo atados en la misma carrera,
en el afán de luz, en la oscura alegría;
…
Cuando en tardes que sobran las palabras y el día
sólo somos tú y yo, cada cual con su espera
y sin embargo atados en la misma carrera,
en el afán de luz, en la oscura alegría;
…
Yo no sé si la quise pero andaba conmigo
me guiaba su risa por la ciudad tan gris.
Ella tenía en su boca colinas de Ketama
y el cielo de sus ojos me pintaba de añil.
…
Entonces,
……..en aquella ciudad
o en la intuición primera, vaga, de su cuerpo,
el pensamiento aún flotaba en bucólicos careos,
en versos aprendidos sin historia
…
Allí
donde las islas
donde floten los párpados aquellos
las negras islas
las definitivas arenas secretas allí
…
cómo camina sonora
la niña por el sendero
cómo camina la niña
con ese andar tan ligero
lleva la blusa encarnada
…
Las huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.
…
Tú serás la nostalgia de un futuro más sabio
y lo que hoy es tristeza, será pura ternura,
comeremos del fruto que creció en la cordura
de ese pálido tiempo que secó nuestro labio.
…
Qué luz extraña, dime, ha poblado este cuerpo
repetido en portales, escaparates, brumas,
ingenuo paseante de la ciudad, hermano,
caminante del mismo aturdimiento
…
Vendrá de noche cuando todo duerma,
vendrá de noche cuando el alma enferma
se emboce en vida,
…
Ahora mismo enhebro esta aguja
con el hilo de un propósito que no digo
y me pongo a remendar. Ninguno de los prodigios
que anunciaban taumaturgos insignes
se ha cumplido,
…
Hay unos seres increíbles
que vagan en la noche honda;
cuerpos indefinibles,
…
¡Granados en cielo azul!
¡Calle de los marineros!
¡Son tus árboles tan verdes,
es tan alegre tu cielo!
…