Lo juro por el arco de sus cejas,
por su graciosa unión, por los arpones
con que su hechizo en derredor esparce;
Mujeres – Gabriele D’Annunzio
Han existido mujeres serenas de ojos claros,
infinitas y silenciosas como esa llanura
que atraviesa un río de agua pura.
…
En el lago de Nicaragua – Ernesto Cardenal
Media noche, en una lancha, en medio lago,
entre San Miguelito y Granada.
Todavía no se ven las luces de Granada
y ya no se ven las lucecitas de San Miguelito.
El resplandor – Dolores Etchecopar
tú en la madera
quiero que vivas en la madera del violín del desierto
alguien da órdenes a la luna
pero nada resplandece
Invocación inmoral ante las ruinas de Itálica – Joaquín Márquez
Esto Fabia, ay dolor, que ves ahora,
mustio de soledad y cabizbajo,
fuera en tiempo un pedazo de badajo
capaz de hacer sonar a una señora.
La puerta de venir al mundo – Giuseppe Gioacchino Belli
El que hable del coño de Catalina,
para hacerse entender de docta gente
deberá pronunciar vulva o vagina,
o partes o vergüenzas, igualmente.
Emilio Jiménez Díaz
Al ring saltó, cual bruto troglodita,
corpulento, de músculos atroces,
y enseñando sus dotes daba voces
que el público en aplausos felicita.
Teta – Clemente Marot
Teta formada y pura más que el huevo,
teta de un raso blanco, todo nuevo,
teta que eres envidia de la rosa,
teta donde el placer halla su glosa,
El que tiene mujer moza y hermosa – Anónimo
-El que tiene mujer moza y hermosa
¿qué busca en casa y con mujer ajena?
¿La suya es menos blanca y más morena,
o floja, fría, flaca? -No hay tal cosa.
Voz del río – Francisco Javier Hernández Baruque
Que venga la voz del río
a contarme lo que quiere,
que yo, mientras él me muere,
le voy a cantar lo mío.