(Poemilla ínfimo y azorado, tenue, orgulloso y levemente soberbio, que debe leerse en cueros y con mucha parsimonia)
Cuando mi corazón empezó a nadar en el caudaloso río de la alegría de las más limpias herraduras de agua
Y descubrí que en el alma de la mujer subyacen cinco estaciones de grácil silueta
Oí silbar al ruiseñor del camposanto de la aldea y ahuyenté de mi piel los malos pensamientos..