Recuerdas el objeto que vimos, mi alma,
Aquella hermosa mañana de estío tan apacible;
A la vuelta de un sendero, una carroña infame
Sobre un lecho sembrado de guijarros,
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Las letanías de Satán – Charles Baudelaire
¡Oh tú!, el más sabio y el más hermoso de los Ángeles,
Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas,
¡Oh, Satán, apiádate de mi larga miseria!
¡Oh, Príncipe del exilio al cual se ha agraviado,
Y que, vencido, siempre te yergues más fuerte!
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La durmiente – Edgar Allan Poe
Era la medianoche, en junio, tibia, bruna.
Yo estaba bajo un rayo de la mística luna,
Que de su blanco disco como un encantamiento
Vertía sobre el valle un vapor soñoliento.
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Capitán, mi capitán – Walt Whitman
¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro temeroso viaje está hecho;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta,el premio que buscamos está ganado;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:
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Canto a mí mismo XXXII – Walt Whitman
Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
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Yo voy soñando caminos – Antonio Machado
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
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La dama de Shalott – Alfred Tennyson
A ambos lados del río se despliegan
anchos campos de cebada y centeno,
que decoran la tierra y se reúnen con el cielo;
y a través del campo se extiende el camino
que va hacia las torres de Camelot;
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Este jueves – Manuel Alcántara
Nadie sabe – Ángela Figuera Aymerich
Balada de Mignon – Johann Wolfgang von Goethe
Conoces tú la tierra que al azahar perfuma
do en verde oscuro brillan naranjas de oro y miel,
donde no empaña el cielo caliginosa bruma
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