Los cuarenta abriles –
cómo camina sonora
la niña por el sendero
cómo camina la niña
con ese andar tan ligero
lleva la blusa encarnada
…
La muchacha ebria – Efraín Huerta
Este lánguido caer en brazos de una desconocida,
esta brutal tarea de pisotear mariposas y sombras y cadáveres;
este pensarse árbol, botella o chorro de alcohol,
huella de pie dormido, navaja verde o negra;
…
Romance del Reino Perdido – Anónimo
Las huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.
…
Del relato de amor – Agustín García Calvo
Tú serás – Luis Oroz
Tú serás la nostalgia de un futuro más sabio
y lo que hoy es tristeza, será pura ternura,
comeremos del fruto que creció en la cordura
de ese pálido tiempo que secó nuestro labio.
…
Por uno mismo – Laura Casamayor
Absurdas, infinitas, incontables
las horas destinadas al enojo.
Minutos transcurridos insondables
sin darle rienda suelta a tus antojos.
…
El ruiseñor – Ricardo Miró
Desde la rama del ciprés dormido
el dulce ruiseñor canta a la luna
y la invita a bajar hasta su nido…
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna…
Esperando a los bárbaros – Konstantino Kavafis
¿Qué esperamos agrupados en el foro?
Hoy llegan los bárbaros.
¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
…
La extraña luz – Javier Egea
Qué luz extraña, dime, ha poblado este cuerpo
repetido en portales, escaparates, brumas,
ingenuo paseante de la ciudad, hermano,
caminante del mismo aturdimiento
…