Saltar al contenido
19 de diciembre de 1971 – Roberto Fontanarrosa 20 minutos con Mario – Tomás Galindo 4 monopolios – Emil Cerda Aceite de perro – Ambrose Bierce Acuérdate – Juan Rulfo Adios a la filosofía (de Breviario de Podredumbre) – Emil Cioran Al correr los años – Miguel de Unamuno Alegoría – Edgar Neville Andaluse – Tomás Galindo Anónimo – La Biblia – Libro del Eclesiastés o el Predicador Borges y yo – Jorge Luis Borges Caen como moscas – Alberto Arzua Canción de Navidad – Charles Dickens Canis futuens – Camilo José Cela Carta a la mujer que hace la limpieza – Werner Herzog Carta al señor legislador de la ley de estupefacientes – Antonin Artaud Carta anunciando el descubrimiento – Cristóbal Colón Carta de un cornudo a otro – Francisco de Quevedo Comentario sobre esclavos y obreros – Carlos Bardem Concepto de poesía -Jorge Luis Borges Contra las bragas de tirilla – Tomás Galindo Costumbres ancestrales – Camilo José Cela Cuento del hombre que esperaba el tranvía – Fernando Pessoa Culpable de mi condición – Alexander Drake Deseos y propuestas – Alberto Arzúa Diálogo entre un sacerdote y un moribundo – Marqués de Sade Diario del robot limpiasuelos iRobot Roomba 630 – Kike García Discurso al hijo en estado de merecer – Camilo José Cela Discurso contra Dios – Roberto Benigni Ejercicios de estilo – Raymond Queneau El Aleph – Jorge Luis Borges El avaro, monólogo de Harpagón – Molière El buitre – Franz Kafka El Buscón, Cap. III, en casa del dómine Cabra – Francisco de Quevedo El cuerpo, el amor, la muerte – Thomas Mann El día en que el demonio salvó a los hombres – Carlos Martínez Aguirre El don Juan – Benito Pérez Galdós El esposo complaciente – Marqués de Sade El Estado, enemigo del pueblo – Mijaíl Bakunin El fin – Jorge Luis Borges El fusilamiento – Julio Torri El gallo de Sócrates – Leopoldo Alas “Clarin” El gato negro – Edgar Allan Poe El hombrecito del azulejo – Manuel Mujica Láinez El incendio alegre – Kierkegaard El indio Buen Amigo – Tomás Galindo El informe de Brodie – Jorge Luis Borges El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Cap I – Miguel de Cervantes El inmortal – Jorge Luis Borges El jardín de senderos que se bifurcan – Jorge Luis Borges El libro de arena – Jorge Luis Borges El libro. Iniciación y uso – Tomás Galindo El llano en llamas – Juan Rulfo El miserere – Gustavo Adolfo Bécquer El mito de Sísifo – Albert Camus El Monte de las Ánimas – Gustavo Adolfo Bécquer El mundo ha vivido equivocado – Roberto Fontanarrosa El nefando crimen de las mandarinas – Tomás Galindo El otro – Jorge Luis Borges El pájaro enamorado – Miguel Hernández El patriarcado me obliga a depilarme – Rafael Sarmentero El pecho desnudo El poder de la palabra o la procesión a palos – Tomás Galindo El poeta es exacto. La poesía es exactitud – Jean Cocteau El pueblo de los gatos – Haruki Murakami El rayo de luna (leyenda) – Gustavo Adolfo Bécquer El regalo de navidad del señor Paco – Tomás Galindo El retrato oval – Edgar Allan Poe El sencillo don Rafael – Miguel de Unamuno El sopapo como una de las bellas artes – Sabina Urraca El test de Rorschach – Alexander Drake El tornillo de oro en el ombligo – Patrick Rothfuss El traje del prisionero – Naguib Mahfuz El uniforme del general – José Ángel Valente El vaso de noche – Tomás Galindo El vibrador (Competencia desleal) – Tomás Galindo El zorro y el cuervo – Alvaro Yunque Elogio del crimen – Karl Marx En la noche de la última novena de difuntos – Alfonso Rodríguez Castelao Epístola amorosa de una señorita tortillera – Camilo José Cela Escrito en el agua – Luis Cernuda Gallinas – Rafael Barret Gerárd de Nerval – El monstruo verde Gracias y desgracias del ojo del culo – Francisco de Quevedo Había becas, teníamos sueños – Miguel Sánchez Robles Había una mujer – Haruki Murakami Hay gentes que lo poseen todo – Jean Cocteau Hay sitio para dos – Marqués de Sade Historia de un caballo – León Tolstói Investigación sobre el uso, el abuso, la función -y la omisión- del adjetivo – Rodrigo Lira Juegos – Marc Sil La actividad de la Oficina de Investigaciones Surrealistas – Antonin Artaud La ajorca de oro – Gustavo Adolfo Bécquer La biblioteca total – Jorge Luis Borges La caridad – Enrique Wernicke La casa de Asterión – Jorge Luis Borges La Chon – Tomás Galindo La cuesta de las comadres – Juan Rulfo La cueva de la mora – Gustavo Adolfo Bécquer La escritura del dios – Jorge Luis Borges La flor del castaño – Marqués de Sade La intrusa – Jorge Luis Borges La justicia de Almudévar – Braulio Foz La lección – Ramón J. Sender La moneda falsa – Charles Baudelaire La muerta – Guy de Maupassant La paga de los ciegos – Tomás Galindo La poesía y los imbéciles – Aldo Pellegrini La poesía, señor hidalgo – Miguel de Cervantes La primera palabra de un verso – Rainer Maria Rilke La Promesa – Gustavo Adolfo Bécquer La resistencia – Ernesto Sabato La tragedia de Edipo – Marqués de Sade La Venta de los Gatos – Gustavo Adolfo Bécquer Las dos multas (cuento baturro) – Mariano de Cavia Las hojas secas – Gustavo Adolfo Bécquer Las palabras – Mariano José de Larra Lazarillo de Tormes, episodio del jarro de vino – Anónimo – Leda o la alabanza de las dichosas tinieblas – Pierre Louys Leyenda de la mascara de cristal – Miguel Ángel Asturias Leyenda del beso – Gustavo Adolfo Bécquer Llagas de amor – Federico García Lorca Lo que no mata, engorda (cuento baturro) – Juan J Bañolas Los ojos verdes (Leyenda) – Gustavo Adolfo Bécquer Los Sucesos de Finales de Abril, el Documento Definitivo – Alberto Arzúa Maese Pérez el organista – Gustavo Adolfo Bécquer Malpocado! – Ramón María del Valle Inclán Manifiesto de la mujer futurista – Valentine de Saint-Point Manifiesto Feminista -1914- Mina Loy Manual de urbanidad para jovencitas – Pierre Louys Matar a un niño – Stig Dagerman Matemos a los pobres – Charles Baudelaire Me morí – Miguel Gila Memorias de un extremo derecho – Roberto Fontanarrosa Ménage à trois – Luis Buñuel Mi primer amor – Martín Adán Mi vecina del 5ºC – Naia Estíbaliz Mi zapatilla izquierda – Pilar Bellver Mimí Pinsón – Alfred de Musset Mis ocupaciones – Henry Michaux No quiero más ser el que soy – Giovanni Papini Notas de un cuaderno de ejercicios – Paul Auster Nunca hace buen tiempo para el campo – Tomás Galindo O pote royo de senabe – El bote rojo de mostaza (en aragonés serrablés) – Anónimo Origen y definición de la necedad – Francisco de Quevedo Otros cambios aún – Henry Michaux Para los más solos – Emil Cioran Para qué sirve la gramática (de La elegancia del erizo) – Muriel Barbery Pequeña parábola de Chindo, perro de ciego – Camilo José Cela Poeta, es decir, revolucionario – Benjamin Péret Poetas maricas, mariquitas, maricones, etc – Roberto Bolaño Polifemo – Armando Palacio Valdés Popular – Cucullita Rubra et Lupus Ferocissimus Por qué habla tan alto el español – León Felipe Prisa – Octavio Paz Qué se hace con la vida (de El árbol de la ciencia) – Pío Baroja Quien lo probó, lo sabe – Mariano Moro Redacción – Quim Monzó Reflexiones no mansas – Alvaro Yunque Relato de un utilero – Roberto Fontanarrosa Romper a hachazos el mar congelado que llevamos dentro – Franz Kafka Saber que uno está hablando – Roger-Pol Droit Se puede vivir sin dinero, mal vivir – Belén Reyes Seis palabras 4 pesetas- Antonio Pereira Selección de Dardos – Fernando Lázaro Carreter Sermón de la montaña – Jesús de Nazaret Sexo telefónico – Tomás Galindo Si hubiera sospechado lo que se oye – Oliverio Girondo Sobre encontrarse a la chica 100% perfecta una bella mañana de abril – Haruki Murakami Sobre la retribución del polvo conyugal – Camilo José Cela Soledad Mazcuerras Cebolleja – Camilo José Cela Teoría general – Camilo José Cela Tiranía y democracia – Fernando Pessoa Toda escritura es una cochinada – Antonin Artaud Todo a cien – Isabel Bono Tres versiones de Judas – Jorge Luis Borges Un malvado vocacional – Tomás Galindo Un viaje en bus – Tomás Galindo Una víctima de ciento siete enfermedades graves – Jerome K. Jerome Xenia, una poética de la ofrenda – Manuel Salinas Y cómo de Y cuándo – Manu Pesin Y si la poesía fuera fútbol? – Tomás Galindo Yo no he elegido la literatura, sino la poesía – Yves Bonnefoy Yo no tengo una personalidad – Oliverio Girondo Yo solo quiero morirme – Tomás Galindo