Lo inefable – Delmira Agustini
Yo muero extrañamente…No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida…
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
…
Yo muero extrañamente…No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida…
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
…
Cuando tú duermes
pones los pies muy juntos,
alta la cara y ladeada, y cruzas
y alzas las rodillas, no astutas todavía;
…
No son cosas de viejas
ni de agujas sin ojo o alfileres
sin cabeza. No salta,
como sal en la lumbre, este sencillo
sortilegio, este viejo maleficio. Ni hisopo
…
– Soneto de la guirnalda de rosas
– Soneto de la dulce queja
– Llagas de amor
– El poeta pide a su amor que le escriba
– El poeta dice la verdad
– El poeta habla por teléfono con el amor
– El poeta pregunta a su amor por la Ciudad Encantada de Cuenca
– Soneto gongorino en que el poeta manda a su amor una paloma
– ¡Ay voz secreta del amor oscuro!
– El amor duerme en el pecho del poeta
– Noche del amor insomne
Música de fondo: Bulerias Shake – Tactus http://www.tactusmusic.net/
Desde los tejados que lloran
resbala la madrugada hasta las calles,
las sombras y la noche …
doblan las esquinas sucias con prisa.
….
El tiempo es hambre y el espacio es frío
orad, orad, que sólo la plegaria
puede saciar las ansias del vacío.
El sueño es una roca solitaria
en donde el águila del alma anida:
soñad, soñad, entre la vida diaria.
…
Poema completo con los cuatro cantos
Dichoso el que un buen día sale humilde
y se va por la calle, como tantos
días más de su vida, y no lo espera
y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto
…
¡Si veo las estrellas, si esta viga
deja pasar la luz y no sostiene
ya ni la casa! Viga
de par en par al resplandor que viene
y a la dura faena
…
La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.
…
Amor, con flores ligas nuestros brazos;
los míos te ofrecí lleno de penas,
me echaste tus guirnaldas más amenas,
secáronse las flores, vi los lazos,
y vi que eran cadenas.
…
Que un sabio de mal humor
llame locura al amor,
ya lo veo;
pero que no se enloquezca
cuando otro humor prevalezca,
no lo creo.
…
Desangelados, sin alas, sin brillo,
en las brasas de los últimos fuegos.
Así hemos llegado a creernos,
avanzando entre el lodo como vehículos
sin ruta y sin pasajeros.
…
qué hago yo con toda esta primavera dentro
si miro fuera y ahí está el otoño con sus hojas caídas y esa niebla gris y fría
qué hago yo
y cómo disimulo estas raíces pujantes en mi vientre
estas flores que casi me rebosan la camisa
…
Cuando mi blanda Nise
lasciva me rodea
con sus nevados brazos
y mil veces me besa,
…
Quisiera una mujer de sangre y plata.
Cualquier mujer. Una mujer cualquiera,
cuando en las noches de la primavera
se oye a lo lejos una serenata.
…